La narradora visita casi diariamente a ML., con quien compartió
una estrecha amistad y ahora padece mal de Alzheimer. A partir de esos
encuentros y los fragmentos de memoria de ML. va construyendo un relato
poderosamente conmovedor sobre la desarticulación de una mente que
progresivamente va borrando todo de una manera peculiar. Un
intento, a través de la escritura, de “hacer durar una relación que
continúa pese a la ruina, que subsiste aunque apenas queden palabras”.
“¿Cómo dice yo el que no recuerda…?”, se pregunta la narradora frente a
esa mujer que le muestra la casa como si la visitara por primera vez o
que es incapaz de decir que ha sufrido un mareo, pero puede traducir al
inglés perfectamente un mensaje donde se dice que ella ha sufrido un
mareo. Pasajes de un pasado y un presente compartidos que se
transforman en ficción frente a un olvido que no puede contradecirlos.
Un libro que opone al derrumbe una prosa precisa y vital y la
sensibilidad única de una de las mejores escritoras latinoamericanas. Almost
every day, the narrator visits ML, a close friend who is now suffering
from Alzheimer’s. Based on these encounters and ML.’s fragments of
memory, she constructs a powerfully moving tale about the breakdown of a
mind that progressively erases everything in a very peculiar way. An
attempt through writing to ‘make a relation endure despite the ruin, to
hold up even if only a few words remain’. ‘How does someone who can’t
remember say ‘I’?’ asks the narrator, considering this woman who shows
her around the house as if she were visiting for the first time, or who
is unable to say she feels dizzy, yet is perfectly capable of
translating into English a message saying that she feels dizzy. Passages from a shared past and present that are transformed into
fiction when faced with a forgetting that can no longer refute them. A
book that opposes disintegration with a precise and vital prose and the
unique sensibility of one of Latin America’s greatest storytellers.